Claves para acertar eligiendo un jamón

Jamon ibérico colgado

Elegir bien un jamón ibérico es algo clave, pues su precio es alto y es un producto destinado a aparecer en cualquier ocasión especial, por tanto, no nos podemos permitir fallar en el momento de la compra.

En primer lugar, debemos tener claro cuánto dinero deseamos gastarnos. No es lo mismo un jamón serrano que un jamón de bellota ibérico, y dentro de este último que es de calidad superior, os vamos a dar unas pautas básicas para conocer el nivel de calidad en el que se encuentra cada jamón ibérico.

El jamón ibérico se divide en cuatro grupos de calidad según el color de su brida, que suele colocarse en la pezuña y consta de cuatro colores: negro, rojo, verde y blanco. Esta norma de calidad es oficial del Ministerio de Agricultura español, ayuda al consumidor durante la compra y permite combatir el fraude. Los jamones con brida de color negro corresponden a piezas de cerdos 100% ibéricos, alimentados con bellota en la dehesa sin aporte de pienso.

En el segundo escalón en el baremo de calidad se encuentra la brida roja, que representa a los jamones ibéricos de cerdos alimentados con bellota en un porcentaje menor.

Si la brida es de color verde-azul se corresponde a los cerdos de cebo de campo ibérico (alimentados con pienso en explotaciones extensivas o intensivas al aire libre).

Por último, si la brida es blanca, el jamón será ibérico de cebo, esto es, de cerdos alimentados con pienso en régimen intensivo, es decir, en granjas. En cualquiera de los niveles de calidad que os hemos explicado las marcas deberán especificar el porcentaje de raza ibérica que contiene el producto, que será al menos ibérico en un 50%.

Texto sobre la elección del jamón

¿Qué pasa con el jamón serrano, el que no es ibérico, tendrá alguna identificación? No, el jamón no ibérico o ‘blanco’ no llevará ninguna brida identificadora. Queda fuera de esta norma.

Una vez estemos entre piezas concretas de similar precio y calidad será el momento en el que nos centremos en su curación., característica clave para que el jamón esté bueno, sabroso y pleno de aroma. Así, tan malo es que esté demasiado fresco a que esté duro. Para comprobarlo, podemos apretar con los dedos el jamón por ambos lados y ver cómo está de blando.

Lo primero que hay que comprobar es que no haya mucha diferencia entre la dureza de la cara interior del jamón y la cara de la grasa o piel. También hay que tener en cuenta cuándo y dónde vamos a consumir el jamón ibérico. Si va a estar abierto pocos días, buscaremos que tenga una curación notable. Pero sin ronda su exposición un mes o más, buscaremos que esté algo más tierno ya que se irá secando la superficie de corte. Un jamón ibérico tiene un proceso de curación de entre 20 y 60 meses y de ese tiempo dependerá su precio y su sabor.

En Cerdito Mío ofrecemos jamones ibéricos de etiqueta roja, verde y blanca. Desde aquí entendemos que debemos facilitar la degustación de un buen jamón ibérico a todo tipo de bolsillos, por eso nuestras dos piezas por excelencia con las que contamos actualmente son Jamón ibérico de bellota con certificado de DO de Guijuelo Atilano González (brida roja) y Jamón ibérico de cebo extensivo de campo Atilano González (brida verde). Además, puedes consultar toda nuestra gama de productos ibéricos, embutidos, quesos, vinos y delicias extremeñas en el apartado Tienda de nuestra web. Y ahora… ¡A disfrutar del mejor jamón ibérico y en la mejor compañía!    

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